Desde nuestro sindicato estamos recogiendo numerosos testimonios de preocupación procedentes de padres, madres, alumnos y docentes ante la posible decisión por parte de la administración de ir reanudando las clases presenciales a partir de la Fase I de la desescalada, comprometiendo la salud del alumnado y los docentes.
Creemos, sinceramente, que esta decisión es claramente prematura, precipitada y peligrosa por los siguientes motivos:
• Los centros no están acondicionados ni tienen espacio necesario para acoger una vuelta masiva del alumnado. La Administración no garantiza al equipo directivo la dotación de EPIS (mascarillas, gel hidroalcohólico…)
• La incorporación de alumnos y profesores supondría una peligrosa agrupación de personas cuya “distancia social” sería muy difícil de controlar en la mayor parte de los centros.
• La asistencia voluntaria del alumnado a las clases presenciales, sería muy arbitraria y esto provocaría muchas fluctuaciones en cuanto al número de asistentes ya que un docente podría un día encontrarse con 30 alumnos y otro sin ninguno.
• La actual atención educativa on-line a la formación académica del alumnado extremeño, se está asentando como suficiente, gracias al esfuerzo de nuestros docentes. Así aseguraríamos una finalización del curso escolar con garantías de evaluación que no haría necesaria la actividad presencial, ni el riesgo de contagios.
• Quedando poco más de un mes de posibilidad de clases presenciales, según el actual calendario escolar, parece arriesgado hipotecar tantos días de encierro y sacrificio social para volver a reabrir los centros de un modo precipitado que garantice las medidas de seguridad.
Por todo esto, pedimos a la administración que tome nota y no se arriesgue a comprometer la salud de todos y que estas decisiones tan vitales sean siempre consensuadas y negociadas con FeSP-UGT y el resto de los sindicatos en la Mesa Sectorial de Educación.
