La máxima distinción regional reconoce la entrega, la profesionalidad y la vocación de servicio de quienes, desde 1994, protegen nuestro patrimonio natural y la seguridad de la ciudadanía.
En 2025, con más de 50.000 hectáreas arrasadas, su esfuerzo ha sido decisivo frente a la peor oleada de incendios de la historia.