El sindicato reclama contratos dignos, jornada completa y una incorporación efectiva desde el 1 de septiembre para garantizar una verdadera inclusión educativa.
Ante el anuncio realizado por la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, de ampliar la jornada laboral de los colectivos profesionales de Auxiliares Técnicos Educativos (ATEs) e Intérpretes de Lengua de Signos (ILSEs) del 80% al 90% en el próximo curso y alcanzar el 100% de la jornada para el curso 26-27 —pero solo referido a la contratación de estos profesionales durante el curso escolar—, desde UGT queremos manifestar lo siguiente:
Es una medida claramente insuficiente. No contempla la jornada completa del 100% durante todo el año, que estos profesionales necesitan y merecen. El sistema educativo promueve la inclusión total, y esto solo será posible con plantillas estables y jornadas completas.
No se eliminan los contratos precarios que tienen, ya que todos los años se les obliga a ir al paro durante dos meses y medio, impidiéndoles, además, poder trabajar en otras actividades.
No cubre todas las necesidades del alumnado. Estos colectivos atienden a niños y niñas con diversas discapacidades —físicas, sensoriales, intelectuales, TEA, etc.— que requieren un apoyo constante y adaptado. La jornada parcial limita seriamente la atención educativa integral que el sistema debe garantizar.
La incorporación de estos profesionales a los centros educativos debe producirse desde el 1 de septiembre, no el mismo día de inicio del curso escolar. Los profesionales necesitan tiempo para conocer al alumnado, coordinarse con docentes y familias, y preparar adecuadamente las adaptaciones necesarias para el desarrollo del curso.
Exigimos una contratación al 100% real: jornada completa diaria y anual. Actualmente, estos profesionales sufren contratos precarios, con un 80% de jornada tanto en el día como en el año. Esto no solo afecta a su estabilidad laboral, sino que no garantiza la cobertura necesaria para el alumnado, especialmente en servicios como aula matinal o comedor, fundamentales para la conciliación de las familias.
Estos colectivos aún no se han incorporado a sus plazas de estabilización. Son los únicos, junto con los Técnicos de Educación Infantil, que continúan fuera de este proceso, por decisión unilateral de la administración, que ha priorizado mantener la continuidad en los centros. Una medida que debería ir acompañada de la exigencia, también por parte de asociaciones y familias, de que estas profesionales cubran la totalidad del horario escolar.
Desde UGT, no obstante, valoramos que la presidenta comience, al fin, a reconocer públicamente la importancia de estos colectivos y se haya hecho eco de la reivindicación de los sindicatos y de las trabajadoras y trabajadores. Pero esperábamos más. Nos hubiera complacido que la presidenta anunciara una contratación al 100%, y no un parche que sigue dejando en precario tanto a profesionales como al alumnado al que atienden.
Por eso, desde UGT exigimos una negociación real, efectiva y con compromiso firme. Reivindicamos la eliminación de los contratos precarios, la incorporación total al proceso de estabilización y una jornada laboral completa, diaria y anual, para garantizar un sistema educativo verdaderamente inclusivo, justo y de calidad.
Por una contratación al 100% total. Por una educación inclusiva real.
