#UGTEnseñanza | Un docente de Primaria necesita 39 años para alcanzar el salario máximo; un holandés, solo 18

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De un total de 14 países de nuestro entorno analizados por UGT, el salario inicial de los maestros y maestras españoles (30.550 €) se sitúa solo por encima del de los docentes de Francia (26.537 €), Italia (24.297 € ) y Portugal (22.351 €), en tanto que los ingresos máximos al final de su carrera profesional (43.526 €) están por debajo de todos ellos, salvo Italia (35.373 €), y solo ligeramente por encima de los de los docentes finlandeses (43.273 €), si bien estos alcanzan su punto más alto tras veinte años de trabajo, mientras los españoles necesitan 39.

Los docentes de Educación Primaria de Luxemburgo y Suiza son los que registran los salarios máximos más altos, 119.057 € y 114.246 €, respectivamente, según se desprende del informe comparativo elaborado por el Sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos, en el que llama la atención la retribución de los Países Bajos (73.201 €), que casi dobla el sueldo máximo de los maestros españoles (43.526) al cabo solo de 18 años de servicio.

El profesorado español de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, encuadrado en el mismo grupo funcionarial y con el mismo salario, tiene, al igual de los de Primaria, un salario inicial (34.121 €) superior al de Francia (29.065 €), Italia (26.114 €) y Portugal (22.351 €). Sin embargo, al alcanzar el salario máximo, Francia queda por arriba (49.514 €) de España (48.447 €) e Italia por debajo (40.597 €), mientras que las diferencias con Portugal (48.245 €) apenas llegan a 250 euros anuales y aumentan con Finlandia (50.439 €) en casi 2.000 euros al año, aunque solo en la ESO, puesto que los docentes fineses que imparten Bachillerato reciben también retribuciones superiores.

Además, en todos los niveles y tengan mayor o menos salario que el profesorado español, la retribución máxima llega en Finlandia al cabo de 20 años y de 34 en Portugal, y no tras 39, como sucede en España. Cabe recordar que, a efectos de jubilación, las cotizaciones máximas se alcanzan con 35 años de servicio, por lo que, en la práctica, muchos docentes españoles llegan a la edad de retiro sin haber podido alcanzar ese salario máximo.

Estos datos, por tanto, sitúan a España, en todos los niveles, en el undécimo lugar de los 14 países analizados, posición que se convierte en la duodécima al final de la carrera docente, salvo en el caso de la ESO, en la que se mantiene el undécimo lugar.

Además, el incremento salarial se realiza en un porcentaje muy diferente. Mientras en Francia aumenta más del 70% y en Portugal alcanza casi un 116%, en España el salario solo aumenta un 42% a lo largo de toda la carrera docente. En Italia, el único país significativamente por debajo, los incrementos para alcanzar el salario máximo se sitúan en un 50% y se adquieren cuatro años antes que los docentes españoles.

Al igual que sucede en la comparativa a nivel europeo, las retribuciones del profesorado en España varían significativamente según la comunidad autónoma en la que realicen su labor, y estas diferencias se agrandan en muchos casos a lo largo de la carrera profesional, llegando a superar los 1.000 euros mensuales en Primaria y los 800 en Secundaria.

El estudio pone de manifiesto la realidad del desequilibrio que existe entre unas comunidades y otras en todos los cuerpos docentes. Sin tener en cuenta a las comunidades insulares y a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que presentan características especiales, los salarios más altos los obtienen los y las docentes de Asturias, Murcia y Euskadi, mientras que los más bajos se encuentran en Extremadura, Andalucía y Castilla y León. 

Destaca la situación del profesorado madrileño de Secundaria y FP, donde, a pesar de ir incrementando significativamente el importe que percibe a lo largo de su carrera, no puede compensar el hecho de percibir unas retribuciones iniciales de las más bajas. Esta desventaja supone que, pese a ser una de las comunidades autónomas que genera más riqueza, sus docentes perciban unas retribuciones inferiores al resto, exceptuando al profesorado extremeño -el que menos retribuciones percibe-, andaluz, castellano y leonés y aragonés. Estas diferencias superan los 200 euros mensuales respecto al profesorado vasco, 320 en FP, y 120 euros mensuales respecto a los docentes asturianos.

Como constata el estudio, las diferencias a partir del año 2010 entre los salarios percibidos por los docentes en España y los docentes tanto de la OCDE como de la UE22 no ha hecho más que aumentar. De hecho, mientras que a partir de 2014 se recuperaban los niveles anteriores a la crisis en la media de la OCDE y de 2015 en la UE22, en España aún no hemos alcanzado dicho nivel de ingresos a pesar del aumento producido a partir del año 2018, gracias a la firma del acuerdo para la mejora del empleo público fruto de la negociación del Gobierno con UGT y otras organizaciones sindicales.

Para lograr que la profesión docente sea verdaderamente atractiva, el Sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos considera imprescindible abordar de forma real y efectiva la mejora de las condiciones laborales del profesorado. Por ello, resulta imprescindible reducir el horario, tanto lectivo como complementario, y apoyar y mejorar la formación permanente del profesorado. 

Para UGT, es inaplazable la recuperación del poder adquisitivo perdido por los docentes desde los recortes del 2010. Esta medida redundará también en beneficio de la calidad de la enseñanza y de la mejora cualitativa y cuantitativa del empleo al mantener y atraer a docentes preparados.

Para UGT, el planteamiento de una carrera horizontal para el profesorado debe contar con un estímulo económico suficiente. El éxito del sistema educativo es responsabilidad de muchos actores, no solo del profesorado, sobre el que, sin embargo, parece descansar todo el peso y la responsabilidad de su consecución.

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